Señor Presidente de la República,
Señoras y señores diputadas y diputados de la Asamblea Legislativa,
Ciudadanía costarricense,

La historia de Costa Rica nos ha demostrado que las decisiones visionarias, fundamentadas en la innovación y la soberanía tecnológica, pueden transformar el destino de una nación. En 1949, con la creación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el país dio un salto cualitativo hacia el desarrollo, asegurando el acceso a la energía eléctrica como base para la industrialización y la modernización. Hoy, nos encontramos ante una nueva revolución: la era de la inteligencia artificial (IA). Necesitamos una visión similar, un mandato que permita a Costa Rica liderar esta transformación y aprovecharla para el bienestar de toda la población.

Durante los últimos 70 años, la humanidad ha construido la infraestructura tecnológica que nos ha traído hasta aquí. Pero desde 2022, con la democratización de la IA generativa, hemos entrado en una aceleración exponencial. No es una moda pasajera, sino una transformación irreversible que impactará todos los ámbitos de la sociedad.

Estamos al borde de la Inteligencia Artificial General (AGI), con enormes oportunidades, pero también riesgos. Si no se gestiona bien, la IA puede agravar desigualdades, facilitar fraudes y manipulación de información. La Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA) ya ha identificado amenazas clave para Costa Rica: el uso indebido de datos personales, los sesgos en decisiones críticas, la desinformación, la ciberseguridad, y disrupción laboral. A esto se deben sumar las amenzas químicas, biológicas, radiológicas y nuclear con las cuales se evaluan los modelos de lenguaje desde los laboratorios.

Estos riesgos no deben frenar la innovación, sino motivar un enfoque estratégico que garantice un desarrollo ético y sostenible de la IA en el país. La clave no es temerle, sino dirigirla con visión.

Las señales de esta transformación son claras: las inversiones multimillonarias de las principales corporaciones del mundo, la nueva carrera tecnológica entre EE.UU., China y Europa, la revalorización del mercado de IA y los cientos de estudios que predicen cambios abruptos en la estructura económica y social. Sin embargo, aún estamos en la fase de adaptación. Todavía hay miles de aplicaciones por desarrollar, ecosistemas por construir y preguntas fundamentales por resolver.

Costa Rica tiene el potencial para convertirse en un hub de innovación, desarrollo e investigación en IA para Centroamérica y el Caribe. Contamos con talento, estabilidad política, una matriz energética renovable y una tradición de paz y educación que nos coloca en una posición privilegiada. Sin embargo, otros países de la región, como República Dominicana, Chile y El Salvador, ya han avanzado en la consolidación de sus ecosistemas de IA. Para no quedarnos atrás, debemos fortalecer alianzas estratégicas y consolidar nuestro liderazgo.

Además, nuestra participación en foros internacionales nos ofrece una oportunidad única para influir en la gobernanza global de la IA y aprovechar estos espacios como trampolines para consolidar nuestra competitividad. Pero los esfuerzos legislativos y ejecutivos actuales no están alineados con las demandas particulares de esta época histórica.

Por ello, hacemos un llamado respetuoso pero urgente a la acción. Es imperativo aprobar e implementar, al menos, las siguientes acciones estratégicas para que Costa Rica no solo adopte la inteligencia artificial, sino que la lidere y la aproveche en beneficio de toda la sociedad:

• Crear la Agencia Nacional de Inteligencia Artificial de Costa Rica, órgano con desconcentración mínima dentro del MICITT, con el mandato de liderar y coordinar los esfuerzos en investigación, desarrollo, experimentación y aplicación de la IA. Para ello, deberá, entre sus funciones:

• Establecer un laboratorio de innovación en IA para prototipar, evaluar y adaptar modelos de IA a las necesidades locales y regionales.
• Desarrollar recursos de IA soberanos, incluyendo modelos de lenguaje especializados para Costa Rica y Centroamérica.
• Crear entornos controlados (sandboxes) que permitan experimentar con aplicaciones de IA en sectores estratégicos como salud, educación, agricultura y servicios públicos antes de su implementación a gran escala.
• Fomentar colaboraciones estratégicas entre la academia, el sector privado y el sector público para impulsar soluciones innovadoras basadas en IA.
• Establecer un centro de excelencia en IA, que funcione como referente técnico y ético para toda Centroamérica.

Además, es fundamental para el país:

• Diseñar una legislación marco que fomente la innovación responsable y el crecimiento económico, evitando restricciones prematuras que limiten el emprendimiento y el desarrollo tecnológico.
• Capacitar a toda la población en alfabetización digital e inteligencia artificial, garantizando que nadie quede rezagado en esta revolución.
• Reducir la brecha digital, garantizando acceso equitativo a tecnología, infraestructura y servicios sin importar clase social, género o región.
• Impulsar la reconversión laboral, asegurando que la fuerza de trabajo se adapte a las nuevas exigencias del mercado.
• Construir un ecosistema de desarrollo y emprendimiento en IA, atrayendo inversión y  fortaleciendo las capacidades locales en esta materia.
• Transformar digitalmente los servicios públicos, mejorando su eficiencia y calidad de atención.
• Aprovechar nuestra matriz energética renovable, asegurando que la infraestructura de IA se desarrolle de manera sostenible y convirtiéndonos en un ejemplo mundial de cómo integrar IA y energías limpias.
• Generar un entorno propicio para atraer talento e inversión, posicionando a Costa Rica como un destino ideal para el crecimiento tecnológico.

El mundo se mueve rápido y no podemos darnos el lujo de quedarnos atrás. Estas acciones no solo permitirán que Costa Rica avance con la inteligencia artificial, sino que nos posicionarán como un referente regional y global en su desarrollo ético, sostenible e inclusivo.

Si Costa Rica no adopta una visión integral y una estrategia unificada, enfrentará desafíos significativos en un mundo donde la IA está redefiniendo la economía y el empleo. La automatización y la robotización transformarán el mercado laboral, afectando sectores clave y aumentando la presión sobre el sistema educativo y la competitividad del país. Sin una acción coordinada, podríamos ver una fuga de talento, menor dinamismo económico y un aumento en las brechas de desarrollo.

En lugar de quedar rezagados, este es el momento de dirigir la transformación tecnológica para que genere progreso, oportunidades y bienestar para toda la sociedad. Llamamos a las mejores mentes del país, a expertos y expertas internacionales, a universidades, cámaras empresariales, colegios profesionales y al gobierno a trabajar en conjunto para definir el rumbo de los próximos 50 años.

Históricamente, Costa Rica ha tomado decisiones acertadas en momentos clave de transformación. Hoy, más que nunca, debemos reconocer el potencial de la inteligencia artificial como un catalizador de cambio y desarrollo, pero también los riesgos que exige atender con urgencia. La velocidad con la que evoluciona esta tecnología nos obliga a repensar nuestra manera de interactuar, aprender y adaptarnos a un mundo donde la IA jugará un papel central.

No podemos darnos el lujo de esperar. El futuro de nuestra nación depende de las decisiones que tomemos hoy.

Atentamente,